Mar del Plata 2013: promesas de buen cine y algo más

Mientras se esperan con expectativa en las competencias títulos valiosos como algunos de los que depararon sus últimas ediciones (Student de  Darezhan Omirbayev, Domestic de Adrián Sitaru, Starlet de Sean Baker, Esto no es un film de Jafer Panahi, el Fausto de Alexander Sokurov, L’Apollonide, recuerdos del burdel de Bertrand Bonello,  Essential killing de Jerzy Skolimowsky, y otros) y el estreno de películas argentinas antes de un próspero recorrido (como fue el caso de Las acacias, de Pablo Giorgelli), conforta encontrar variedad y calidad en la programación de las distintas secciones del 28º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, en las que clásicos y modernos de diferentes procedencias y estilos estarán a disposición del público cinéfilo, que, afortunadamente –más allá de modas y cambios en el consumo y en la circulación y exhibición del material–, sigue dando saludables señales de vida.
Hitos como Alemania, año cero (Roberto Rosellini) y Los olvidados (Luis Buñuel), buenos exponentes del cine estadounidense de los ’70 como Deliverance, de John Boorman (anunciada como Amarga pesadilla, aunque entre nosotros fue estrenada en su momento como La violencia está en nosotros) y Adiós, muñeca, de Dick Richards, la belleza despojada de la olvidada Thérèse, del francés Alain Cavalier,  y el sacudimiento de las divertidas The host y Mother, del coreano Bong Joon-ho (invitado al festival y jurado de la competencia principal) se encontrarán con muestras del talento y la sensibilidad de directores como Frederic Wiseman, Jia Zhangke, Johnny To, Phillip Garrel, Kiyoshi Kurosawa, Jonas Mekas, Claire Denis o el mismísimo Alfred Hitchcock. En materia de cine nacional, lo nuevo de Eduardo Milewicz (La vida según Muriel) y Matías Herrera Córdoba (Criada)  formará parte de un mismo banquete junto a clásicos de José Agustín Ferreyra, Luis Saslavsky, Hugo del Carril y Carlos Hugo Christensen (incluyendo la notable No abras nunca esa puerta), más una revisión del cine militante de Jorge Cedrón, de los luminosos experimentos de Narcisa Hirsch y de Un muro de silencio, única película dirigida por Lita Stantic (que será merecidamente homenajeada), además de una larga lista de nombres nuevos.
A esta tentadora oferta de películas se agrega una estimulante cantidad de charlas, encuentros, tributos, seminarios, presentaciones de libros y mesas de debate.
Transitando día a día este trayecto rebosante de posibilidades se verá si este año la labor de organizadores, programadores y jurados está a la altura del ambicioso programa, pero, en principio, es un aliciente ver que el histórico certamen sigue siendo deseable y disfrutable, en busca de un perfil más sólido y menos errático, con la pasión por el buen cine como motor.

Por Fernando G. Varea

Balance del Festival de Mar del Plata 2012 en Espacio Cine aquí

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